La vendimia

Los últimos días del día Jesús en cada cuadrilla de amigos siempre había alguien al que se le ocurría hacer la siguiente pregunta:
¿Cuándo empezamos a vendimiar este año?
Esta pregunta era contestada por la mayoría del grupo recriminándole el hecho de recordar lo que en fiestas era poco menos que tabú, la vendimia.
La vendimia y lo que conlleva está ligada al desarrollo de Villatobas y de la Mancha desde hace siglos, las tierras frescas en las que el trigo le costaba criarse se destinaban normalmente a viñedo, transformando este fruto en el vino, que antes de la aparición de las bebidas modernas era la bebida habitual de las tabernas.
Con el mosto y alcohol vinícola también se hacía mistela en cada casa, también con el mosto se hacían otras delicias como el arrope o las tortas de mosto.

Hace muchos años la gente iba a vendimiar andando, detrás del carro o la galera que traería las uvas al pueblo, por eso debían salir muy temprano, para llegar al “corte” a buena hora para empezar. Se hacía el “moño”, que era un punto de referencia para llevar ordenadamente a corte toda la viña sin dejarse ninguna cepa sin vendimiar, el "moño" se hacía con los sarmientos de una cepa del lineo final del corte, atándolos en posición vertical con otro sarmiento y asegurándose que quedase lo más visible posible desde cualquier sitio del líneo. La vendimia se realizaba con navaja, cortando cada “pezón” de cada racimo y echando en seras de esparto los racimos cortados para trasportar al pueblo la uva. Cuando se llenaba el carro la gente seguía vendimiando dejando las uvas en un montón para no parar e ir adelantando el trabajo, con lo cual cuando llegaba el carro ya se tenía organizado gran parte del siguiente viaje, después se llevaba a los lagares de las varias bodegas que había en el pueblo. Las bodegas suponían entonces la poca industrias de transformación que existían en los pueblos.
Mas tarde se realizaba el mismo trabajo pero de otro modo, la llegada de la revolución industrial hizo que los tractores desplazasen a los animales de tracción y que las bodegas y los lagares se ampliasen haciéndose con más capacidad de molturación de uva, hoy día se sigue llevando la uva a los lagares de las bodegas, aunque han desaparecido la mayoría de ellas, siendo la cooperativa la que más uva recoge de los viticultores del pueblo, el trabajo del acarreo de la uva se hace hoy día con cómodos tractores y remolques de gran tonelaje, también existe la vendimia mecánica, que es apta para viñas en espaldera, y que están preparadas para que una vendimiadora haga el trabajo que hasta ahora ha sido a mano, dejando este último para las viñas antiguas puestas "en vaso" o cepas bajas, la cual no es posible vendimiarla de otro modo que no sea el manual.

Por la mañana salían los remolques y tractores con los vendimiadores subidos al remolque y dependiendo de la cantidad de viñas que hubiese en la casa así era de grande la cuadrilla. Las cuadrillas se miden por "espuertas", siendo una espuerta equivalente a dos personas. Los que vendimiaban "a destajo" ya estaban en la viña cuando los que iban a jornal salían del pueblo, estos normalmente salían de noche para esperar a que amaneciese en el corte y para echar lo antes posible (pues la vendimia a destajo se contrataba por kilos y no por jornal), con lo cual a los vendimiadores les interesaba cortar el máximo de kilos en una sola jornada para ganar más dinero, este tipo de trabajo estaba mejor remunerado pero era aún más duro que la vendimia a jornal, que era y es lo habitual en las casas de poca o mediana labor.
Al llevar una o dos horas vendimiando llega el almuerzo, es un alto en el camino para descansar del duro trabajo, se come algo, se bebe algo de vino, se echa un cigarro y vuelta al “corte”, a medio día se suele guisar en el campo lo típico, patatas “guisás” con conejo y también en alguna ocasión y si el tiempo está lluvioso se hacen algunas gachas,o “puches”, como son llamadas en Villatobas.
Antes de guisar se echaba al perolo del guiso unas “torrijas”, que son unas patatas cortadas en rodajas grandes que se echan en aceite crudo y se van friendo mientras se va calentando el aceite, después se les echa sal y un trago de vino y sirven de aperitivo “pá abrir boca”, pues el esfuerzo físico que requiere este trabajo se compensa en el almuerzo y en la comida, aunque algunas veces se compense con creces.
No hace tantos años en los que la vendimia era algo que afectaba a la mayoría de gente del pueblo, también era una época en la que había muchas más viñas que las que hay actualmente, las cuales por la cantidad de trabajo que demandan y el bajo precio de la uva la mayoría se han arrancado, pasando de ser viñas a tierras de labor "blanca".
En esa época no se libraba casi nadie de ir a vendimiar, para los estudiantes era una fuente de ingresos a tener en cuenta para el inicio del curso y para otros era una forma para ayudar en a la economía familiar. Tras la vendimia muchos de los vendimiadores se encontraban el sábado siguiente de la finalización en Aranjuez, comprando en las tiendas la ropa para prepararse para el invierno con el recién ganado dinero de los jornales.

También servía y sirve la vendimia de reunión y para enlazar vínculos con la gente que compone la cuadrilla, pues el que más y el que menos va contando cosas, chistes y anécdotas del pueblo o de las fiestas y creando confianza con el resto del grupo.
Hay varios cantares que traían los antiguos vendimiadores que nos hacen pensar que aunque el trabajo era duro la gente lo disfrutaba por el hecho de que se trataba de una recolección, hay numerosos sitios en los que se hacen fiestas en esta época del año festejando la vendimia, una de las cancioncillas que se recuerda era esta, que se cantaba con aire de jota:

Venimos de vendimiar de la viña de mi abuelo
y no nos quiere pagar porque hemos roto un puchero.

En Villatobas hasta los años ochenta y noventa el pueblo se llenaba de gente en esa época, gente que venía de Andalucía, estudiantes de Villatobas que traían a sus compañeros que eran invitados a ganar un dinerillo extra y a vivir una experiencia nueva para ellos.
La mayoría de los nuevos “fichajes” que vendimiaban por primera vez al poco tiempo de estar vendimiando se arrodillaban debido a la dureza del trabajo, esto estaba muy mal visto por el encargado o dueño de la viña, que de buenas a primeras gritaba ¡a rezar a la iglesia! y otros piropos de ese tipo que hacían romper en carcajadas a los más acostumbrados, otros se ponían de pie, estirándose para aliviar el dolor de riñones que provocaba estar agachado tanto tiempo, a lo que también se les decía ¡No te preocupes, que no se llevan el hato!, y cosas así se decían para ir educando en las buenas costumbres de vendimiar a los más novatos y también para romper el hielo en el monótono trabajo que suponía la vendimia.
El clima en las vendimias es muy variado, había veces que eran como se dice aquí “pasadas por agua”, con lo cual había que seguir vendimiando aunque estuviera lloviendo, otras veces hace un calor extremo, agradeciendo a San Telmo cuando una brisita de aire corría para aliviar el calor sofocante que solemos tener en la mancha, se decía "!San Telmo, San Telmo, una bocanadita de aire fresco!".
Por la noche los más jóvenes salían a la discoteca a celebrar la fiesta particular de la vendimia, con concursos al mayor racimo y otros de este tipo. En los bares, pubs y discotecas se juntaban por la noche la mayor parte de la gente joven que estaban vendimiando, lo cual creaba muy buen ambiente durante esos días, y aunque la mayoría estaban con los riñones molidos aún les quedaban ganas para divertirse un poco.
Después de unos veinte días terminaba la vendimia y entonces sí, se quedaba el pueblo un poco muerto, pues volvía “cada mochuelo a su olivo”, como se dice en el pueblo.

Ultimamente se ha mecanizado gran parte de la vendimia, otras muchas viñas se han arrancado debido a los bajos precios del producto y a los miedos en la vendimia a las multas que puede imponer la administración a los trabajadores que no estén en regla (antes no se miraba tanto esto y se hacía de un modo más familiar o con las amistades), por todo esto la vendimia ha bajado en trabajadores y los estudiantes rara vez se ponen manos a la obra.

Todo este cúmulo de problemas hacen que este tradicional trabajo manchego haya decaído mucho ultimamente, y se puede decir tranquilamente y sin ánimo de ofender a nadie que la vendimia ya no es lo que era.

5 comentarios:

  1. Magnífico. Has dejado aquí testimonio del procedimiento que yo conozco de la vendimia.
    A propósito de los estudiantes que venían a vendimiar: Uno de ellos echó aquí raíces. El buenazo de Carlos, marido de Elo.
    Recuerdo los remolques "de las casas gordas" llenos de "palomas", pues éso me parecían a mí, las filas de mujeres en perfecta simetría con sus pañuelos blancos perfectamente ajustados y anudados. saludos. Catarella

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  2. ya nada es lo que era. Pero aquí andamos nosotros para recordarlo.

    Otra palabreja que no has puesto "perdularia", es muy manchega, hasta sale en una peli de Almodovar y creo que tambien es muy villatobera.

    Un saludo
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  3. Ah, que se me olvidaba. Ya he visto que has puesto "picia". Pero que majo

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  4. Ya he visto que has incluido perdularia, veo que tambien te suena.

    Un abrazo
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  5. Muy buenasss:

    ¿Puede ser que me duelan los riñones por leer esto que tan magnificamente nos relatas? Yo creo que sí aunque también pudiera ser "mimetismo escrito", pero va a ser lupus estimado Foreman...

    A mi lo que me gusta de la vendimia es el resultado, algo obvio por cierto..., Bueno voy a dejar de decir tonterias que parece que me he bebido la del año pasado de un tirón.

    Enhorabuena, he pasado un buen rato..., hasta lo de los riñones...¡ya estoy otra vez!

    Que tengan un buen día.

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