"Quedo", la historia de la galguita que no sabía correr

Hola amigos, me llamo Quedo, me gusta mi nombre pues es la palabra que dicen los galgueros de mi pueblo cada vez que ven a una liebre encamada.
Yo soy una perrita galga de Villatobas (y a mucha honra), nací en el pueblo igual que vosotros y tengo a toda mi familia aquí, cuentan que mis antepasados vivieron en el antiguo Egipto, donde eran adorados, después vinieron a estas tierras extensas y llanas, a lo que ahora es España, tengo primos parecidos a mi repartidos por todo el mundo, sobre todo en Inglaterra, fui en tiempos un animal muy valioso y reconocido, ahora mi raza sigue siendo majestuosa y elegante (unos mas que otros, claro está), en algunos sitios me quieren como cazador y en otros como animal de compañía, me gusta sentarme en un sofá tranquilamente como a vosotros, pero lo que de verdad me gusta es ir al campo y correr detrás de las liebres, sobre todo de las de Villatobas, que algunas "corren que se las pelan".

Las mayoría de nosotros contribuimos en hacer algo muy importante para vosotros, pues a la diversión que os procuramos a los aficionados a la caza con galgo también hay que sumar que corregimos la sobrepoblación de caza que tanto perjudica a vuestros campos, y siempre respetando cuando esta escasea. Somos muy útiles, desde tiempos remotos os hemos librado del hambre que reinaba en España, pues nuestra forma de caza es barata, no necesita escopetas ni munición, solo que nos deis un poco de comida y cobijo.

Me gusta mi dueño, es buena gente como la mayoría de los que van con nosotros en la cuadrilla, el único que no me gusta es uno de ellos que trata a sus perros a patadas y se rumorea en los círculos caninos que se quita de encima a los galgos que no le gustan de muy mala manera, pero la mayoría de los galgueros no son así, los conozco a casi todos, siempre están bromeando y contando cosas de nuestro pueblo, ellos nos llevan al médico (perdón, al veterinario), nos cuidan, nos dan de comer y lo más importante...nos llevan de caza.

Me encantan esos domingos por la mañana, ese ambiente que se respira, las carreras por el precioso campo de nuestro pueblo y la reunión que tenemos en el almuerzo, nosotros como buenos galgos merodeamos alrededor del corro por si cae algo de comida para echarnos al hocico, recuerdo también una vez que vinieron unos forasteros que cantaban coplas muy curiosas de nuestra raza:

Si tu madre no me quiere
porque no tengo carrera,
yo tengo un galgo en mi casa,
te lo juego cuando quieras,
que yo gano en la carrera.

Y otra que decía:

Pegar un tiro a una liebre
debiera estar condenado,
que a una liebre la avasallan
dos galgos acollarados,
y si se va...que se vaya.

Esta última es la que más me gusta, pues a mi se me van casi todas las liebres, se me da fatal eso de correr, desde que me sacaron al campo intenté correr más que mis otros hermanos y primos de la cuadrilla pero todo mi esfuerzo fue inútil, al empezar la carrera me pongo nerviosa y me tiemblan las piernas (perdón, las patas), se me nubla la vista (pues tengo algo de estrabismo) y conforme voy a por la liebre me voy quedando más y más atrás, hasta que todos mis compañeros me adelantan, después de la carrera vuelvo a ver a mi dueño, intento darle un mordisquito juguetón pero no me hace caso porque se enfada por lo patosa que soy, me regaña y me dice que eso no está bien, que tengo que correr más...entonces me pongo triste, me siento mal porque no se como remediarlo, pues quiero agradar a mi dueño pero no se correr más, en algunos casos mi autoestima la he tenido por los suelos.

Un día se enfadó un poco y me dijo que me iba a dar el boleto, yo creo que eso del boleto debe ser unas vacaciones o algo así, como si te toca el boleto de la ONCE, ese mismo día me llevó al campo, yo bajé del carro y me dispuse para cazar, era un poco raro porque fuimos solos, sin cuadrilla, al atardecer, y me quitó el collar, al cabo de un rato me di cuenta de que se había marchado con el coche sin percatarse de que me había dejado allí en el campo, yo me dije… !verás que sorpresa se va a llevar cuando llegue a casa y se de cuenta de que se le ha olvidado subirme al carro!...pero no fue así, seguro que luego no se acordaba del sitio donde me había llevado, pues no volvió, deambulé por ese terreno para mi desconocido durante unos días, estar sola en el campo era una sensación nueva para mi.

Aunque era libre (es lo mejor que tenía esa situación) fueron unos días terribles, tan malos que no se los deseo ni a un gato, fueron los peores días de mi vida, caminé por entre las encinas, crucé por arroyos y me refugié en una casa derruida en el campo y dormí junto a una lechuza que me contó que ese paraje se llamaba El Cebo, seguí caminando al día siguiente y me encontré con una zorra que dijo llamarse María la Panzurrullera, ella fue la que me enseñó el camino hacia el pueblo, pero me dijo que tuviese cuidado, pues a ella no se le ocurriría acercarse a el por la mala fama que tenía su especie, yo no lo podía comprender, jamás vi un animal mas atento, inteligente y servicial que aquella zorra, hasta que gracias a ella por fin llegué al pueblo.

Observaba a cada persona que caminaba por el pueblo, a ver si alguien se daba cuenta de que necesitaba ayuda, tenia hambre y la gente no me echaba nada de comer, solo me miraba y se apartaba, por más vueltas que daba al pueblo no encontraba a mi dueño, los coches me pitaban al pasar, uno de estos coches estuvo a punto de atropellarme, tanto que dio un frenazo que yo pensaba que era el fin de mi corta vida, el dueño bajó del coche y me dio una patada, yo no entendía lo que pasaba, los niños huían de mi y otros me tiraban piedras, en una ocasión vi que venía un señor armado con un palo y corrí por si acaso, después me di cuenta de que era solo un bastón que llevaba para ayudarse a caminar, aún así… prefiero salir corriendo ante la duda, por si acaso.

Un día ocurrió algo inesperado, alguien se acercó y me ofreció un poco de comida y agua, yo no me acercaba porque no le conocía, tengo que deciros que aunque eran sobras de su comida para mi en ese momento fueron los mejores manjares que había probado jamás en la vida, pues llevaba sin probar bocado cinco o seis días, esa noche dormí mejor (con la tripa llena se ve la vida de otra forma), cada día se acercaba a mi al mismo sitio y me dejaba algo en una lata, poco a poco perdí la vergüenza y me fui acercando a aquella persona, me hice su amiga, yo me dejaba de acariciar y esperaba cada día el momento de su llegada, siempre le esperaba por el mismo sitio, me acariciaba y me decía cosas como que yo era muy bonita y cosas así, como yo soy presumida me gustaban mucho sus halagos , y ¡como no!, también su comida y su compañía.

Un buen día llegó con otros amigos suyos, me estuvieron acariciando y estuvieron hablando entre ellos, decían que lo mejor para mi era enviarme lejos, a mi no me hacía mucha gracia la idea, pero ellos decían que iba a estar mejor que en un Hotel de Cinco Huesos, con una familia que me iba a cuidar y se iba a ocupar de mi, finalmente me metieron en una furgoneta, mi amiga se quedó en el pueblo y yo me fui con esos señores, desde el cristal trasero de la furgoneta veía como se iba alejando el pueblo y con el la persona que tanto me había cuidado, me da un poco de corte decir que se me escapó algún aullido que otro por la pena de la despedida.

Al poco tiempo comprendí que aquella buena persona lo que estaba haciendo era pagarme unas vacaciones en el extranjero, me llevaron a un sitio donde me desparasitaron (falta me hacía), me bañaron y me pusieron algunas vacunas, !yo pensaba que me iban a llevar a Australia, ya que para visitar ese país tienen unas normas muy severas!, pero no fue así, subí en un remolque y el viaje fue largo (por lo menos para mí, que lo más lejos que había ido era a "Los Marañales" o a la raya de Ocaña), cuando terminó el viaje yo estaba en un pueblo de Francia, en una bonita casa donde tenían jardín y niños que me cuidaban y me daban masajes...!esto si que son unas buenas vacaciones!, me lo estoy pasando de maravilla en este sitio, pero empiezo a añorar volver a mi pueblo, a mi Villatobas, no se cuando se terminarán mis vacaciones, pero quiero otra vez volver a correr por esos campos detrás de las liebres aunque sea un poco patosa y no coja ninguna, espero volver allí...quizás cuando se me acaben las vacaciones...no sé, ahora entiendo lo que sienten los emigrantes que tienen que salir de su pueblo y abandonar su tierra, espero volver algún día a mi pueblo, aunque cada día que pasa me voy dando cuenta de que estas vacaciones van a ser para siempre.

Quedo, eres una galga afortunada, me repito una y otra vez, otros no tienen tanta suerte como tu has tenido, otros salen en los periódicos y en las noticias de la televisión tirados, atropellados, colgados, abandonados, maltratados...

Mi historia está dedicada a todos ellos.

Quedo

NOTA: Este cuento está dedicado a Justicia80 (foro de Villatobas), autora de la fotografía del encabezamiento en la que aparece la galguita en la que se basa este cuento, es un cuento para niños pero para que lo lean los padres, el cuento pretende sensibilizar a los amantes de la caza con galgo en el respeto a sus perros, para que se lo cuenten a sus hijos, ya que algunos de ellos serán aficionados el día de mañana, para que comprendan la grandeza que supone respetar a sus animales y convertir a su perro de caza en su amigo, y no en algo que se pueda usar y abandonar cuando no nos interese.Por supuesto tenerle al cuidado como a una persona más de la familia durante toda su vida sería lo ideal, pero si esto no pudiese ser así os doy unas direcciones relacionadas con la acogida de galgos, gente que trabaja para dar una segunda oportunidad a los galgos que como nuestra protagonista "Quedo" no saben correr, las direcciones son las siguientes:

http://www.galgos112.com/

http://www.scoobymedina.org/

http://www.degalgos.org/

http://www.asociacionlasnieves.org/

http://www.sosgalgos.com/

http://www.galgosinfronteras.org/home.htm

Si sabéis de alguna otra asociación me podéis enviar un correo electrónico a : guijarrito.guijarrito@gmail.com y la añadiré.

4 comentarios:

  1. Hola Guijarrito, bien está lo que bien acaba, desgraciadamente no acaba siempre así, pero hay que seguir en el empeño, para que cosas como las que se vieron hace un tiempo no ocurran más, me ha gustado mucho tu relato y te felicito, por el cuento y por la pagina que no deja de tener contenidos cad vez más interesantes, un lujo, lastima que no seas de mi pueblo...

    Que tengas un buen día. Perolo.

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  2. Guijarrito, precioso cuento que, como tu bien dices, sirva para concienciar y querer a los animales que nos rodean.

    GRACIAS.

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  3. Amigo guijarrito.Permíteme que así te considere.Gracias por este hermoso escrito.Justicia80 tiene que haber llorado de emoción. Yo también. Esta belleza hace por la educación más que las leyes y los decretos-ley. Sugiero que si algún docente lo lee, especialmente en Villatobas, imprima el texto. Que los chavales lo lean, comenten y trabajen sobre el mismo.
    Muchas gracias otra vez guijarrito.Soy catarella

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  4. Gracias por dedicarles un cuento tan bonito, a la vez que real. Esta historia, es la que me gustaría que algún día me contaran mis 3 galguitos adoptados. Cada vez que les miro (que son muchas veces al día por que estoy completamente enamorada de ellos)me pregunto que fué lo que les pasó, de donde vienen, etc. y solo imaginarmelo me dá mas fuerzas para procurarles todo lo mejor hasta el final de sus vidas. Gracias tambien a justicia80 por su implicación en el caso. Estoy segura que ya tiene el llamado "Sindrome de la galguitis".

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